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La Doctrina Búdica de la Tierra Pura

La Doctrina Búdica de la Tierra Pura

por JEAN ERACLE

SEGUNDA PARTE :: EXTRACTOS DE LOS «TRES SÛTRA»

Sección I. El «Sûtra de Amida»

EXTRACTOS DEL«SÛTRA DE AMIDA»

Buddha Sâkyamuni reside en el jardín, ofrecido a la Comunidad por el comerciante Anâthapidanda, en Srâvastí. Está rodeado de una multitud de monjes y de Bodhisattva. Es allí donde hace la descripción de la Tierra Pura donde vive el Buddha Amida.

Entonces, dijo Buddha al Venerable Sâriputra:

«En la dirección del Oeste, más allá de una miríada de millares de Tierras de Buddha, existe un mundo que se llama “Tierra de la Suprema Felicidad”.

En esa Tierra vive un Buddha que se llama Amida. Allí reside actualmente y allí enseña la Ley.

Sâriputra, ¿por qué ese mundo es llamado “Tierra de la Suprema Felicidad”?

En ese mundo, para la multitud de vivientes, no hay caudal de sufrimientos. Al contrario, están colmados de gozo. He ahí por qué ese mundo es llamado “Tierra de la Suprema Felicidad”.

Además, Sâriputra, en la Tierra de la Suprema Felicidad hay siete[1] hileras de balaustradas, siete hileras de filetes de gasa, siete avenidas plantadas de árboles. Todas están adornadas con las cuatro joyas y están dispuestas en círculo todo alrededor.

He ahí por qué ese mundo es llamado “Suprema Felicidad”.

Además, Sâriputra, en la Tierra de la Suprema Felicidad hay un estanque[2] adornado con las Siete Joyas. Está lleno de un agua que tiene las ocho buenas cualidades. El fondo del estanque está recubierto únicamente de arena de oro. A sus cuatro orillas se encuentran escaleras compuestas de oro, de plata, de lapislázuli y de cristal.

Sobre ellas se levanta un palacio: finamente decorado con oro, plata, lapislázuli, cristal, ágata, rubíes y cornalina.

En el estanque se encuentran flores de loto tan grandes como las ruedas de un carro. Las azules iluminan la atmósfera de color azul; las amarillas, de amarillo; las rojas, de rojo; las blancas, de blanco. Su puro perfume es maravillosamente sutil.

Sâriputra, la Tierra de la Suprema Felicidad está construida con los ornamentos de esas buenas cualidades. Además, Sâriputra, en esa Tierra de Buddha se toca música celestial sin pausa. El suelo es de oro puro.

Seis veces por día y seis veces por noche cae del cielo una lluvia de flores de Mandârava. Todos los días, con las primeras luces de la mañana, los seres vivos de esa Tierra Pura llenan de nuevo los pliegues de sus vestiduras con multitud de flores maravillosas: se dirigen a las demás direcciones para ofrecérselas a la miríada de millares de Buddha. Cuando llega la hora del ágape, vuelven a su Tierra de origen, donde comen y pasean en hileras.

Sâriputra, la Tierra de la Suprema Felicidad está construida con los ornamentos de las buenas cualidades.

Y aún más, Sâriputra, en esa Tierra siempre hay aves de todas las especies, de maravillosos y variados colores: cisnes y pavos, papagayos y cotorras, pájaros planeadores y faisanes. Todas estas bandadas de aves emiten, seis veces por día y seis veces por noche, delicados y armoniosos trinos.

Estos cantos se acuerdan para proclamar las Cinco Facultades, las Cinco Fuerzas, las Siete Partes del Despertar, las Ocho Divisiones del Noble Sendero y otras doctrinas semejantes. En esa Tierra, todos los seres vivos, al oír esos cantos, empiezan a pensar en Buddha, a pensar en la Ley, a pensar en la Comunidad.

Sâriputra, no debes pretender que esas aves sean reales y que hayan nacido allí por sus pecados.

¿Y por qué?

En esa Tierra de Buddha no existen los Tres Malos Destinos. Sâriputra, en esa Tierra de Buddha ni siquiera se mencionan las Tres Malas Vías, ¿cómo, pues, podrían realmente existir esas aves? Todas esas multitudes de aves han sido creadas milagrosamente, por benevolente orden del Buddha Amida, con miras a proclamar el Sonido de la Ley.

Sâriputra, en esa Tierra de Buddha sopla un viento sutil: las joyas de las hileras de árboles y de los filetes de gasa se mueven con la brisa. Eso produce un sonido sutil y maravilloso parecido al de cien mil instrumentos musicales tocados a la vez.

En el corazón de todos aquellos que escuchan ese sonido nace entonces el pensamiento de Buddha, el pensamiento de la Ley, el pensamiento de la Comunidad. Sâriputra, con los ornamentos de las buenas cualidades es como está construida esa Tierra de Buddha.

¿Qué piensas de ello, Sâriputra? ¿Por qué razón se le llama Amida a ese Buddha? Sâriputra, la luz de ese Buddha brilla sin medida: ilumina sin obstáculo alguno las Tierras de los diez puntos del espacio. He ahí por qué se le llama Amida.

Además, Sâriputra, la duración de su vida y de los seres que allí viven es de un Kalpa sin límite y sin medida, imposible de calcular. He ahí por qué se le llama Amida.

Sâriputra, hace ya diez Kalpa que Amida se convirtió en Buddha.

Además, Sâriputra, ese Buddha posee discípulos que le escuchan en número ilimitado. Todos son Santos. Evaluar cuántos es imposible. Y lo mismo puede decirse de todos los Bodhisattva. Sâriputra, la Tierra de Buddha está construida con los ornamentos de las buenas cualidades.

Además, Sâriputra, en la Tierra de la Suprema Felicidad todos los seres vivos nacen en el estado en el que ya no se vuelve atrás. La mayoría de ellos están destinados a no nacer más que una vez[3] . Son extremadamente numerosos. No es posible evaluar cuántos, a menos que se diga que para lograrlo es necesario un Kalpa sin límite y sin medida, imposible de calcular.

Sâriputra, todos los seres vivos que oigan esto, deben emitir el voto de renacer en esa Tierra.

¿Y por qué?

Allí obtienen no ser sino uno con todos los seres superiores y excelentes. Sâriputra, no se puede nacer en esa Tierra mediante raíces de bien o virtudes de poca importancia.

Sâriputra, si hijos o hijas de bien oyen hablar del Buddha Amida y guardan su nombre durante un día, o dos, o tres, o cuatro, o cinco, o seis, o siete días con un corazón unificado y sin agitación, en el momento de su muerte, el Buddha Amida aparecerá ante ellos con toda la multitud de Santos. En el momento de morir, su corazón no desfallecerá: al punto, obtendrán el renacimiento en la Tierra de la Suprema Felicidad del Buddha Amida.

Sâriputra, porque he visto el efecto y la causa he dado esta enseñanza. Todos los seres vivos que la escuchen deben emitir el voto de renacer en esa Tierra.»

Tras describir así los esplendores de la Tierra de la Suprema Felicidad del Buddha Amida, Sâkyamuni revela que, en todas las regiones del universo, innumerables Buddha proclaman la misma doctrina e invitan a todos los seres a entregarse a la fe en el Buddha Amida.

El discurso de Sâkyamuni termina así:

«Sâriputra, si hijos o hijas de bien oyen hablar de este Sûtra, lo reciben y lo guardan, así como el Nombre anunciado por todos los Buddha, esos hijos o esas hijas de bien serán protegidos y alabados por todos los Buddha. Todos ellos alcanzarán, sin nunca más retornar, el Supremo y Perfecto Despertar.

He ahí por qué, Sâriputra, debéis todos tener fe y recibir mis palabras, así como la enseñanza de todos los Buddha.

Sâriputra, si hay seres que, en el pasado, han emitido el voto de renacer en la Tierra del Buddha Amida, lo emiten ahora o lo emiten en el porvenir, todos ellos alcanzarán, sin nunca más retornar, el Supremo y Perfecto Despertar. En el pasado nacieron en esa Tierra, nacen en ella ahora o nacerán en el porvenir.

Por eso, Sâriputra, todos los hijos e hijas de bien deben, si tienen fe, emitir el voto de renacer en esa Tierra.

Sâriputra, como yo ahora alabo y celebro las virtudes inconcebibles de todos los Buddha, así todos los Buddha celebran y alaban mis virtudes inconcebibles diciendo: “Buddha Sâkyamuni ha sido capaz de cumplir una acción rara y difícil: viviendo en el mundo Sâha, en el universo de las cinco corrupciones: corrupción del tiempo, corrupción de la comprensión, corrupción de las pasiones, corrupción de los seres, corrupción de la vida, ha alcanzado el Supremo y Perfecto Despertar; en interés de la multitud de seres vivos, expone la Ley tan difícil de creer para el mundo entero.”

Sí, Sâriputra, tú debes saber que en este universo de las cinco corrupciones, he realizado esta acción extremadamente difícil: he alcanzado el Supremo y Perfecto Despertar; en interés del mundo entero, expongo la Ley que es difícil de creer. Sí, ¡creer en estas cosas es verdaderamente difícil!»

 


NOTAS

[1] La descripción de la Tierra Pura está regida por la simbólica de los números: 7 se refiere al Desper-tar; 8, a las ocho Divisiones del Sendero o a las ocho formas de liberación; 4, a las cuatro Verdades, a los cuatro ejercicios de atención, a los cuatro grados de concentración, etc.

[2] El agua representa la corriente de la consciencia, y el loto, el «renacimiento», el acceso a otro nivel de consciencia. El Palacio de las 7 joyas parece designar aquí el Despertar en el que reside permanentemente Buddha.

[3] «El estado del que ya no se vuelve atrás», «el estado en el que no se renace más que una vez» designan los muy altos grados de desarrollo en el camino de los Bodhisattva.